Cuando Yael tenía alrededor de 5 años, su profesor de música le dijo que tenía «oído absoluto», una peculiar habilidad auditiva lo suficientemente aguda para identificar notas individuales, sin la necesidad de escuchar otras notas.
Yael ahora tiene 18 años y recientemente se graduó con honores como instrumentista de jazz del Conservatorio de Música del Estado de México (COMEM). ¡Un logro extraordinario!
El COMEM se creó en 1991 con el propósito de formar profesionales de música de alto nivel de especialización en violín, cello, contrabajo, flauta, jazz instrumental, composición de música y más.
«Estoy muy agradecido por los maestros que conocí en el conservatorio» dijo Yael. «Formamos un vínculo en torno a la música y realmente me ayudaron a mejorar en mis habilidades musicales».
Crisel, madre de Yael y educadora en casa de tres hijos, siempre ha procurado potenciar las fortalezas de sus niños.
«Mi esposo y yo conocemos las habilidades de nuestros hijos y queríamos enfocarnos en ellas lo mejor que pudiésemos», compartió Crisel. «Hemos estado apoyando a nuestros tres hijos en su pasión por la música desde que la encontraron».
Yael siempre ha obtenido las calificaciones más altas en su clase desde que comenzó a estudiar en el COMEM.
«La educación en el hogar jugó un gran papel en esto», dijo Yael. «Soy un músico y haber sido educado en casa me ayudó a dedicar el tiempo suficiente a mi pasión por la música».
«Sé gentil»
Crisel comentó que Yael fue educado en casa principalmente porque tiene autismo: «Desde que estaba muy chico, se le dificultaba superar pequeños cambios y lloraba con intensidad cada vez que no estábamos cerca de él, como si el mundo se le acabara. Por lo mismo, pensamos que sería mejor utilizar este modelo educativo».
Pero para Crisel y Yael, el recorrido por la educación en el hogar no tuvo un comienzo fácil.
«Al principio, le exigía mucho», dijo Crisel. «Quería que Yael empezara a leer a los 2 años y cuando quería jugar, lo mantenía sentado y le enseñaba el alfabeto. Esto siempre creaba conflicto entre nosotros porque Yael no ponía atención».
Crisel reconoció que se estaba enfocando demasiado en la presión social. No quería que los demás pensaran que Yael no era inteligente por tener necesidades educativas especiales.
«Escuché a Dios decirme: “Sé gentil, tiene 2 años y tiene autismo”», dijo Crisel. «Comprendí que debía de cambiar mi método de enseñanza».
Poco después, Crisel empezó a utilizar un modelo más flexible para educar a Yael y la educación en casa fue más llevadera.
Un mismo lenguaje
Cuando Yael tenía 11 años, se convirtió en miembro de la Orquesta de Niños y Jóvenes Educados en el Hogar de México (ONJEH). Empezó tocando el clarinete y luego llegó a ser la segunda trompeta.
La orquesta se creó en conexión con las conferencias de la educación en casa en México. Niños y jóvenes educados en el hogar de distintos estados del país que estudiaban o tocaban un instrumento formaron una pequeña orquesta y daban un concierto al final de cada conferencia.
Hoy en día, la ONJEH es una orquesta formal integrada por niños y adolescentes educados en casa que no solo da conciertos en conferencias sobre la educación en el hogar, sino también en otros eventos.
Funciona de la siguiente manera: el conductor notifica a cada miembro de un próximo concierto con tres o cuatro meses de anticipación. Cada miembro practica el repertorio por su propia cuenta y el conductor evalúa a cada uno a través de una sesión de Zoom. Después, la orquesta se reúne para ensayar un par de horas antes del concierto.
«Es bien bonito ver a todos los niños educados en el hogar reunirse y tocar», dijo Crisel.
Yael está muy feliz de ser parte de la orquesta. En particular, disfruta conocer a otros jóvenes de distintos estados mexicanos y hablar con ellos de música.
«Todos somos o fuimos educados en casa, todos somos músicos, todos somos parte de una misma orquesta: hablamos el mismo lenguaje», compartió alegremente.
En cuanto a los futuros sueños de Yael, le encantaría mejorar como instrumentista de jazz y tocar en festivales internacionales de música, tanto en Europa como en Estados Unidos.
También le interesan los negocios: «Hace tiempo, mis padres tenían un negocio familiar de empanadas y, una vez, vendí 50 empanadas en el conservatorio en tan solo una hora» dijo Yael. «Y en una ocasión distinta, ¡vendí 40 empanadas en 40 minutos!»
Yael comenzará sus estudios universitarios en administración de ventas los siguientes días. Además de disfrutar ser músico de jazz y hacer negocios, a Yael también le gusta leer sobre historia y geografía y jugar deportes, como fútbol americano y soccer.