A principios de los años 80, la educación en el hogar era prácticamente desconocida. Pese a que fue una de las primeras —y más efectivas— formas de enseñanza en la historia, la educación en casa había caído en la oscuridad. Las familias que optaban por esta vía de educación «no tradicional» frecuentemente enfrentaban oposición y desafíos legales. Algunos padres que educaban en el hogar hasta fueron encarcelados injustamente por ausentismo escolar o «por contribuir a la delincuencia de un menor».
Por lo mismo, cuando Mike Farris —abogado y padre de familia educador en casa en Olympia, Washington— comenzó a recibir llamadas telefónicas de otras familias educadoras en el hogar que buscaban representación legal, se dio cuenta que este era un problema más grande y que él no podría resolverlo por sí mismo.
Farris sabía que las familias que educaban en casa sin recibir una asesoría legal adecuada tendrían pocas posibilidades de defender sus derechos ante el gobierno; pero recibir buena asesoría legal era muy costoso y él tan solo podía ayudar a cierto número de familias.
Así que Farris creó un plan…pero necesitaba un socio.
Un encuentro casual
Mientras tanto, Mike Smith y su esposa educaban a sus hijos en casa en Santa Monica, California y otros padres educadores en casa, de su misma comunidad, acudían a Mike para recibir representación legal (él también es abogado). En aquel tiempo, muchos distritos escolares establecían que solo los padres certificados para enseñar podían educar a sus hijos en casa.
A principios de 1983, Smith y Farris se encontraron en una conferencia de educación en el hogar en Sacramento, California.
Después de conocer a Smith y de escuchar su historia, Farris le compartió su idea con entusiasmo: la creación de una organización conformada por miembros, sin fines de lucro, con el propósito de legalizar la educación en el hogar en todos los estados de Estados Unidos. El plan era fundar una asociación suficientemente grande para financiar la representación legal de las familias que educaban en casa a lo largo de la nación. En otras palabras, la idea era hacer posible la educación en el hogar para todos, a través de su defensa en los tribunales, legislaturas y en el mercado de las ideas.
Smith pensó que aquello sería un reto difícil de lograr. Sin embargo, cuando Farris le preguntó si estaría interesado en ser parte del consejo directivo fundador de la organización, Smith no dejó pasar la oportunidad.
Cambio de rumbo
Home School Legal Defense Association (HSLDA), o bien, La Asociación de Defensa Legal para la Educación en el Hogar, comenzó con unas cuantas familias miembros. Farris trabajaba desde su casa en el estado de Washington y Smith, desde su despacho legal en Santa Monica. Pero después de algunos años, Farris y Smith se mudaron a Washington D.C., establecieron una oficina dedicada a HSLDA y contrataron a varios empleados de tiempo completo para poder atender al creciente número de familias miembros.
A medida que HSLDA y el movimiento de la educación en el hogar crecían, también lo hacía la libertad para educar en casa. Al trabajar junto a organizaciones estatales de educación en el hogar —con el apoyo de la creciente comunidad de familias educadoras en casa— logramos cambiar el rumbo, de manera lenta pero segura.
A lo largo de los años, hemos convencido a las legislaturas estatales de adoptar leyes que reconozcan el derecho de los padres para educar a sus hijos en casa. Hemos ganado muchos casos en nombre de las familias cuyas habilidades para educar en el hogar se han visto amenazadas. De igual manera, hemos ampliado nuestros servicios para ayudar a hacer la educación en casa una realidad para las familias, no sólo legalmente, sino también en la práctica.
En el proceso, la educación en el hogar ha pasado de ser un movimiento marginado y relativamente desconocido a una opción educativa emergente y popular para familias de todo tipo y tamaño.
Hacia adelante
Hoy en día, la educación en el hogar es legal en todos los estados de Estados Unidos, pero eso no significa que nuestro trabajo ha terminado. Continuamos protegiendo y promoviendo la libertad para educar en casa, defendiendo a familias miembros que se enfrentan con desafíos legales y equipando a padres que educan en el hogar para darle a sus hijos la mejor experiencia educacional posible.
A pesar de que nos revaluamos constantemente y nos adaptamos a suplir las necesidades de la comunidad que educa en el hogar, el enfoque de nuestro trabajo y la razón por la que existimos siempre será la misma: hacer posible la educación en el hogar para ayudar a que los niños crezcan como personas.