Todo padre que educa en casa ha pasado por aquel momento frustrante en el que piensa: «Nada está funcionando, ¡parece como si habláramos dos idiomas distintos!». Hasta podría sentir que todo es culpa suya por no ser un buen maestro.
Nos gustaría compartirle un pequeño secreto: es muy probable que este conflicto entre maestro y alumno no tenga nada que ver con su capacidad de enseñar.
¿A qué nos referimos con esto?
Al educar en casa, existen dos valiosos jugadores en un mismo equipo:
- Jugador #1: usted.
- Jugador #2: su hijo.
En la mayoría de los casos, los obstáculos que dificultan el aprendizaje no se deban tanto a dichos jugadores, sino a la forma en la que ambos trabajan en equipo. Simplemente puede ser que usted y su hijo se comunican y aprenden de formas distintas.
Es por ello que las preferencias de aprendizaje y los estilos de enseñanza son tan importantes, ya que permiten reconocer las diferencias entre la manera en que usted enseña y la manera en que su hijo aprende.
En este artículo, nos enfocaremos en el Jugador #2, su hijo, y sus preferencias de aprendizaje. Explicaremos qué son las preferencias de aprendizaje, cómo identificarlas en su hijo y cómo ponerlas en práctica.
¿Qué es una preferencia de aprendizaje?
Una preferencia de aprendizaje es el método o entorno en el que un niño se siente más cómodo y eficaz para aprender. Dichas preferencias suelen presentarse como tendencias a ciertas maneras de explorar, organizar e interactuar con información nueva.
Abajo encontrará algunas preferencias de aprendizaje comunes; cada una describe la forma en la que un niño disfruta e interactúa con el aprendizaje:
Visual
El niño prefiere los diagramas, ilustraciones, gráficos o notas separadas por colores. Por ejemplo, un niño podría disfrutar organizar las reglas de ortografía en una tabla de colores o dibujar un diagrama para explicar un proceso científico.;
Auditivo
El niño aprende bien al escuchar, sea a través de audiolibros, canciones, discusiones, etc. Puede que prefiera leer cuentos en voz alta o aprender historia a través de un pódcast.
Kinestésico
El niño aprende a través de las actividades prácticas y el movimiento físico. Este tipo de estudiante podría disfrutar usar manipulativos para entender las matemáticas o actuar acontecimientos históricos para aprender historia.
Lectura/Escritura
Al niño le gustan los textos escritos, las listas o escribir en su diario. Este tipo de estudiante se beneficia de la interacción activa con la información escrita, como tomar notas o subrayar mientras lee.
¿Por qué son importantes las preferencias de aprendizaje?
Es importante comprender las preferencias de aprendizaje porque le ayudan a enseñar de una manera que despierte el interés de su hijo, logrando que su aprendizaje sea más eficaz y agradable.
Al conocer las preferencias de aprendizaje de su estudiante, usted podrá mejorar:
- La motivación: reconocer la mejor manera en la que su hijo aprende permite que la educación sea más interesante y agradable.
- La confianza: es más probable que su hijo se sienta entusiasmado y con más ganas de aprender si las lecciones están ajustadas a sus preferencias.
- El crecimiento: conocer la manera en la que su niño aprende permite ajustar las materias más difíciles y así, transformar la frustración en progreso. Por ejemplo, si a su hijo se le dificultan las matemáticas, pero disfruta de la actividad física, puede superar esta dificultad si añade manipulativos o juegos de matemáticas a su plan de estudios.
Las preferencias de aprendizaje no son una ciencia exacta
Las preferencias de aprendizaje son herramientas útiles que se pueden utilizar para entender cómo aprenden mejor sus hijos; ahora bien, no son una ciencia exacta. Las preferencias de aprendizaje son flexibles y pueden cambiar en función de la materia o la actividad en la que esté trabajando su hijo. (Además, ¡pueden cambiar con el tiempo, a medida que su hijo crece!).
Todos necesitamos diferentes enfoques en momentos distintos.
Si pensamos que solo existe una «mejor» manera para aprender, corremos el riesgo de etiquetar a nuestro niño, de limitar su crecimiento y sus oportunidades de explorar otros métodos. Por ejemplo, si el día de hoy su hijo prefiere hacer un experimento para aprender ciencias, pero mañana quiere ver un vídeo, ¡no pasa nada! Está bien adaptarse al cambio.
Al investigar sobre este tema, podría encontrarse con el término «estilo de aprendizaje». Aunque suelen ser conceptos intercambiables, evitamos utilizarlo en este contexto porque los «estilos de aprendizaje» típicamente se refieren a una forma más estricta de procesar la información. Por ejemplo, se considera que un«estudiante visual» solo absorbe las ideas de mejor manera si la información se le presenta visualmente, a través de imágenes o diagramas. En cambio, el término «preferencia de aprendizaje» es más amplio y flexible, ya que reconoce los patrones de aprendizaje del estudiante a la vez que permite su crecimiento y la adaptación.
Si bien estos conceptos son similares, conviene enfocarse en las preferencias de aprendizaje al educar en casa, ya que son flexibles y se ajustan a lo que su hijo necesita conforme a un momento específico.
La clave es prestar atención y ser receptivos a lo que funciona mejor, sin preocuparse de que su hijo encaje en un «estilo» particular. Al enfocarse en las preferencias, mantiene la enseñanza flexible y divertida.
Ánimo para continuar el recorrido
La educación en el hogar no consiste en encasillar a su hijo, sino en revelar su forma natural de brillar. Así como la Estrella Polar dirige a los viajeros, el brillo de su hijo no solo le dará dirección, sino también claridad y confianza en su educación en casa.
Al final, la meta no es alcanzar la perfección, sino fomentar vínculos: crear un entorno de aprendizaje en el que su hijo se sienta comprendido, inspirado y apoyado. ¡Deje que este conocimiento le guíe y disfrute de la hermosa aventura de aprender juntos!