Con el deseo de cumplir su sueño de toda la vida, Jaclyn Clay, graduada de educación en casa, se inscribió este otoño en el mismo colegio comunitario de Ohio al que asiste su hijo Jacob. Sin embargo, al igual que su hijo, pronto se dio cuenta que los funcionarios universitarios consideraban sus credenciales de educación en el hogar como un obstáculo para alcanzar sus metas.

Así fue como Jaclyn se convirtió en la segunda persona de su familia (y la segunda generación) en solicitar los servicios de HSLDA en menos de un año. Así como pasó con Jacob en 2024, nuestro equipo legal le volvió a explicar a los funcionarios universitarios la ley estatal y por qué un diploma de educación en casa no debería ser motivo para negar admisión ni apoyo financiero a ningún estudiante.

«La educación en el hogar es una modalidad de enseñanza reconocida por la ley y que resulta eficaz para preparar a los estudiantes en cualquier ámbito después de la secundaria», afirmó Jim Mason, presidente de HSLDA. «Algunas instituciones aún no comprenden esto, por lo que HSLDA defiende a los graduados de educación en casa en todo el país. Cuando se enfrentan con obstáculos injustificados para ingresar a la universidad, conseguir empleo o enlistarse en el ejército, estamos ahí para apoyarlos».

Verificación adicional

Los problemas comenzaron en el otoño de 2024, cuando Jacob solicitó ingreso al colegio comunitario local para estudiar ciberseguridad.

«Siempre me ha encantado la tecnología», dijo.

Sin embargo, la oficina de admisiones se negó a aceptar el diploma y los expedientes académicos de educación en casa de Jacob como documentos válidos. La universidad le pidió que contactara al departamento de educación estatal y a su distrito escolar local para obtener documentación adicional que confirmara que su programa de educación en el hogar cumplía con la ley.

Jaclyn hizo lo posible por atender esta solicitud, pero cuando se comunicó con el distrito escolar local, las autoridades expresaron la misma confusión que Jacyln ante las exigencias del colegio comunitario.

«La oficina del superintendente estaba muy familiarizada con la ley de educación en casa de Ohio», dijo Jaclyn, «y no comprendían por qué el colegio comunitario quería que ellos firmaran mis documentos de educación en el hogar».

Sin saber cómo proceder, los Clay solicitaron ayuda a HSLDA.

La abogada de HSLDA, Amy Buchmeyer, contactó al colegio comunitario en nombre de Jacob. Les explicó que pedirle a Jacob que solicitara un expediente académico oficial al departamento de educación estatal no solo refleja un claro desconocimiento de cómo funcionan las cosas, sino que también causa una frustración innecesaria al pedir a las familias responsables cumplir con algo imposible.

En pocas palabras, los funcionarios públicos en Columbus no llevan un registro de los cursos completados por los estudiantes educados en casa ni de las calificaciones que han obtenido. Esto lo hacen los padres.

Buchmeyer también confirmó que los Clay habían cumplido con la ley estatal de educación en el hogar y les recordó que, conforme a esa misma ley, los padres tienen la facultad para «emitir un diploma de secundaria con la misma validez que un diploma de una escuela pública o privada».

Siento que seguiríamos dando vueltas sin ustedes.
—John Clay, miembro de HSLDA

Poco después de recibir la carta de nuestra abogada, el colegio comunitario admitió a Jacob, quien ahora cursa un programa de dos años.

«En general, todo va bien», dijo.

Un llamado al ministerio

Jaclyn decidió ingresar a la universidad este año para obtener una certificación en Lenguaje de Señas Americano (ASL, por sus siglas en inglés). Desde joven, se ha dedicado a apoyar la comunidad sorda y a personas con pérdida auditiva y considera que su labor con ASL es tanto un ministerio como una profesión.

Jaclyn solicitó admisión al mismo colegio comunitario al que asiste su hijo y fue aceptada rápidamente. Sin embargo, al presentar su solicitud de ayuda financiera, se topó con los mismos obstáculos relacionados con sus credenciales de educación en casa.

Al principio, el colegio comunitario solicitó copia de un documento emitido por el superintendente escolar de Ohio que confirmara el cumplimiento de la ley de educación en el hogar. El problema es que Jaclyn se graduó del programa de educación en casa de sus padres en North Carolina hace más de 20 años.

Al informarles esto, los funcionarios de ayuda financiera pidieron que se comunicaran con la North Carolina Division of Non-Public Education (DNPE, por sus siglas en inglés) para obtener una verificación oficial de su graduación. El esposo de Jaclyn, John, contactó a la DNPE, donde le explicaron que no conservan registros de los estudiantes, aunque sí pudieron proporcionar copias de los documentos que confirmaban que la madre de Jaclyn había establecido un programa de educación en casa que se llevó a cabo de 1998 a 2008.

Aun así, cuando John se volvió a comunicar con el colegio comunitario, recibió aún más solicitudes confusas y contradictorias.

«Hice todo lo posible para resolver la situación», dijo. «Pero cada vez me pedían algo distinto. Siento que seguiríamos dando vueltas sin ustedes».

¿Qué dice la ley? 

Buchmeyer volvió a comunicarse con el colegio comunitario en representación de los Clay en agosto e incluyó los documentos de la DNPE junto con copias del diploma y del expediente académico de Jaclyn (que su padre había conservado por más de dos décadas).

La abogada también explicó que la ley considera la educación en casa como una modalidad de educación legítima, por lo que los graduados califican para recibir ayuda financiera. También citó el Federal Student Aid Handbook, el cual establece que las instituciones de educación superior «pueden confiar que la autocertificación garantiza que el estudiante educado en casa ha completado la secundaria en un entorno de educación en el hogar».

Tras recibir la carta de HSLDA, el colegio comunitario aprobó rápidamente el apoyo financiero de Jaclyn. Hoy, estudia a tiempo completo y disfruta de almorzar con su hijo en el campus de vez en cuando.

«Nunca imaginé que la vida me llevaría por este camino, pero me encanta», expresó Jaclyn. «Seguimos aprendiendo juntos».

«Es maravilloso poder ayudar a familias como los Clay», comentó Buchmeyer. «HSLDA lleva décadas defendiendo leyes y políticas que garantizan que los graduados de educación en casa tengan las mismas oportunidades que cualquier otro estudiante después de la secundaria.  Aunque todavía enfrentamos situaciones donde es necesario luchar por equidad, nunca perdemos de vista nuestra misión».