Olga Hidalgo ya había notado un cambio en el ambiente de las escuelas públicas de sus dos hijos, incluso antes de que el COVID-19 paralizara las clases presenciales.
«Me di cuenta de que los niños no respetaban a la autoridad», la madre compartió al Christian Science Monitor, un periódico cristiano internacional. A diferencia de lo que había observado en años anteriores, cuando colaboró como voluntaria en la escuela, añadió que «muchos profesores no estaban motivados a enseñar a los jóvenes y sentían que los alumnos no eran respetuosos».
La hija de Olga le preguntó si podía intentar otro tipo de educación; pero en aquel entonces, Olga no se planteó seriamente la educación en el hogar por varias razones.
En primer lugar, ella y su marido estaban muy ocupados con un negocio de peluquería para mascotas. Además, como inmigrante peruana que principalmente habla español, Olga se enfrentaba a los retos inherentes de preparar a sus hijos para sobresalir en una cultura en la que predomina el inglés.
Luego llegó la pandemia y, como muchos otros niños en el país, los hijos de Olga pasaron gran parte del 2020 estudiando en casa. Tales circunstancias llevaron a Olga a preguntarse si les iría mejor a sus niños si diseñaran sus propios planes de estudio y trabajaran a su propio ritmo como familia.
«Tenía una amiga que ya educaba en casa», cuenta Olga, «y cuando fui a visitarla, vi cómo hacía las tareas escolares con sus hijos. Me hizo pensar que mis hijos tenían otra opción para aprender en casa sin aquel ambiente hostil».
Cambio demográfico
La familia de Olga comenzó a educar en casa en el otoño del 2020, un cambio que ejemplifica una tendencia emocionante en el movimiento de la educación en el hogar.
De acuerdo con datos de varias agencias federales, el número de familias hispanas en EE. UU. que educan en el hogar aumentó de 3.5% en 2016 a 8.9% en 2022.
Este crecimiento es una buena noticia para padres hispanos que llevan mucho tiempo educando en casa, como Karim Morato, asesora educativa bilingüe y coordinadora de alcance hispano de HSLDA.
Karim y su esposo empezaron a educar a sus hijos en el hogar hace 15 años. Reconocieron las ventajas de esta alternativa educativa de inmediato; sin embargo, Karim comentó que encontrarse a muy pocas familias con una cultura similar en co-ops y conferencias podía ser desalentador.
También explicó que, además de sentirse como minoría en la comunidad de educadores en casa, las familias hispanas también pueden tener dificultades para encontrar un currículo y un plan de instrucción que se adapte a sus necesidades.
Algunos inmigrantes de primera generación no dominan el inglés lo suficiente como para enseñar a sus hijos en ese idioma, por lo que a menudo utilizan vídeos, educación a distancia y tutores. Incluso cuando utilizan material en español, suelen ser traducciones de currículos convencionales que no reflejan los aspectos de su cultura que tanto valoran.
Extender una mano
HSLDA se esfuerza por abordar estas necesidades específicas. Hemos puesto en marcha varias iniciativas para apoyar a los educadores en casa hispanos, que incluyen la contratación de asesoras legales y educativas bilingües, la traducción de recursos al español y la colaboración con grupos externos para brindar apoyo y recursos.
En los últimos dos años, nos unimos con Ricardo y Ana María Bagnuoli para organizar dos conferencias de educación en casa en español en Miami.
Ricardo se mudó de Uruguay a Estados Unidos hace casi 20 años. La familia de Ana María emigró de Colombia cuando ella tenía 15 años.
Se conocieron en Miami, se casaron hace 14 años y han educado en casa desde que el mayor de sus tres hijos tenía cinco años.
Ricardo explicó que, como líderes de su iglesia, se dieron cuenta de que debían apoyar a otras familias hispanas educadoras en el hogar, no solo para respaldar sus decisiones educativas, sino también para atender a sus necesidades.
A raíz de ello, fundaron Educa por Diseño en 2007, una organización de capacitación y asesoría para la educación en casa.
Uno de los objetivos de los Bagnuolis es ayudar a las familias inmigrantes a elaborar un programa de educación en casa que respete su cultura bilingüe.
«Como hispanos, nos consideramos bendecidos por ser bilingües», dice Ana. «Los padres entienden que sus hijos van a necesitar el inglés en Estados Unidos, pero a la vez, quieren conservar el idioma español y su cultura».
La clave está en utilizar la educación en casa para crear un entorno de aprendizaje personalizado que satisfaga las necesidades de la familia, explicó.
«No se trata de traducir todo el plan de estudios», añadió Ana. «Creo que se trata de facilitar herramientas que la gente pueda utilizar para mejorar la experiencia [de educar en el hogar] en español».
Otro aspecto importante de su trabajo es conectar a las familias y crear comunidad para que se vean a sí mismas como parte de un movimiento que se apoya mutuamente.
Las conferencias de Educa por Diseño han tenido esto como objetivo principal.
«Todas y cada una de las familias participantes expresaron su necesidad de estar con una comunidad que comprendiera cómo se sentían y pudiera proporcionarles apoyo emocional, espiritual y académico», dijo Ana.
Participación comunitaria
En junio del 2022, Home Educators Association of Virginia (HEAV) invitó a HSLDA a participar en su conferencia estatal en Richmond, Virginia, con una presentación en español y actividades específicas para los asistentes hispanohablantes.
En una recepción ofrecida por HEAV, Karim, Clarisa Loparo (asesora de la escuela secundaria de HSLDA) y Catherine Mireles (coordinadora hispana de HEAV), junto con otros padres, compartieron los beneficios que han recibido a través de la educación en casa.
Catherine señaló que este modelo educativo puede ayudar a que los niños bilingües eviten un estigma que ella considera está ligado a los alumnos de las escuelas tradicionales. Comentó que a menudo, si un alumno dice que habla español, se le coloca en clases de refuerzo de inglés por norma.
Por otro lado, Pablo Ugalde, padre educador en casa, señaló que ha visto cómo la educación en casa permite centrarse en lo que realmente le importa a la mayoría de los hispanos: la unión de la familia.
Sin embargo, añadió que, al fomentar el respeto y el afecto dentro de los vínculos familiares, la educación en el hogar puede ayudar a las personas a llenarse de valor para ir más allá de sus propias culturas.
En última instancia, «las diferencias culturales son reales, pero como cristiano, siento que es importante conectar con otros que no necesariamente comparten la misma cultura», dijo Pablo.
Olga Hidalgo opina lo mismo y compartió que la educación en casa ha ayudado a sus hijos a forjar vínculos a través de una co-op en su iglesia y de clases universitarias de doble matrícula.
«Ahora tienen aún más amigos, relaciones más estrechas y significativas que las que tenían en la escuela», dijo.