Para Rosa Aristy, el aprendizaje debería ser tan natural y dinámico como las conversaciones que mantenía con su familia en la terraza de la casa de su infancia en la República Dominicana.
Por ello, en febrero de 2020, Rosa puso en marcha un nuevo grupo de educación en casa, cuyo objetivo es facilitar cursos de ciencia, tecnología, ingeniería, artes y matemáticas (STEAM, por sus siglas en inglés) a las comunidades desfavorecidas de su suburbio de Houston.
La organización, llamada Bridges to Science, se basa en Katy Math Circle, un grupo para alumnos de escuela media que Rosa fundó hace más de tres años, que incluye formación práctica en programación y robótica.
La meta es sencilla.
«El papel de Bridges to Science», dice Rosa, «es inspirar a los estudiantes, darles acceso a los programas STEAM, los cuales no pudiesen acceder de otra forma, y, además, hacerlo divertido. Creo que podemos encender una chispa».
Para alcanzar este objetivo sencillo, Rosa ha tenido que superar una serie de obstáculos, entre ellos los ocasionados por la pandemia de COVID-19. Sin embargo, se inspiró en su infancia y en la experiencia adquirida a escala local y nacional para seguir adelante.
El origen de todo
El interés de Rosa por ayudar a otros a aprender surgió de su propio amor por el aprendizaje, el cual fue inculcado por sus propios padres.
Su padre, abogado, «era un lector voraz», dice Rosa. A menudo les asignaba libros clásicos a sus hijos para que los leyeran durante las vacaciones escolares. Él también los leía para que pudiesen conversar acerca de ellos en la terraza familiar.
La madre de Rosa era profesora de matemáticas de secundaria, pero no dejaba de enseñar al terminar las clases.
«Los alumnos de mi madre venían a nuestra casa», señala Rosa. Estos jóvenes se relacionaban con otros que frecuentaban la casa por diversos motivos, entre ellos, por ejemplo, un club de matemáticas organizado por su hermano.
«Se divertían reuniéndose en la terraza y resolviendo problemas en una pizarra», dijo Rosa.
En busca de más
Después de que Rosa se mudó a Estados Unidos y se casó con su esposo, decidió educar a sus hijos en casa para ofrecerles una experiencia de aprendizaje personalizada y creativa.
Su familia se unió a una co-op para alumnos de primaria y escuela media. Cuando algunos de los alumnos llegaron a las materias avanzadas, los líderes del co-op les preguntaron qué materias les interesaba cursar el próximo año.
Fotos cortesía de VELA Education Fund
El consenso de los alumnos —programación y robótica—fue un poco sorprendente. Los temas sobrepasaban la experiencia de los adultos del grupo.
«Recuerdo que algunas madres y yo nos mirábamos, como preguntándonos quién iba a impartir esas clases», recuerda Rosa.
Pero en definitiva, sabía que tenía que encontrar la manera de lograrlo.
«Me llegó al corazón», dice al referirse al entusiasmo de los alumnos. «Cuando veo a niños curiosos y con ganas de aprender, quiero alimentarlos. Esa es una de las razones por las que educo en el hogar».
La fundación para ciencia
Para establecer las bases y dar el salto a los temas más específicos de STEAM, Rosa ayudó a formar el Kathy Math Circle en 2018. Se puso en contacto con universidades locales para conseguir el apoyo de profesores que estuvieran dispuestos a dar charlas a los estudiantes del grupo de matemáticas.
No obstante, cuando estaba preparada para ampliar las actividades a programación y robótica, nuevos retos surgieron por las repercusiones de COVID-19.
La crisis económica provocada por la pandemia hizo que algunas familias ya no pudieran pagar la cuota nominal que Bridges to Science tenía que cobrar. Rosa también se dio cuenta de que los estudiantes de muchas familias hispanohablantes carecían de acceso a la educación científica y tecnológica, independientemente de haber empezado a educar en casa o no tras la pandemia.
Rosa sabía que para abordar estos problemas se necesitaban recursos adicionales.
La creación de conexiones
Afortunadamente, conoció a Karim Morato, asesora educativa bilingüe y coordinadora de alcance hispano de HSLDA.
Karim recuerda haber conocido a Rosa durante un Facebook Live organizado por HSLDA. Intrigada por los logros y objetivos de Rosa, Karim se puso en contacto con ella para agendar una cita y seguir conversando.
«Se suponía que iba a ser una llamada de media hora y terminó durando dos horas», dijo Karim.
Durante la conversación, Karim le explicó los diversos recursos que HSLDA pone a disposición de los grupos de educación en casa. Luego puso a Rosa en contacto con Darren Jones, abogado senior y director de servicios de grupos de HSLDA.
Karim también animó a Rosa a solicitar las becas disponibles a través de la alianza de HSLDA con el VELA Education Fund.
Rosa presentó una solicitud y VELA le concedió una beca, haciendo posible que Bridges to Science otorgara becas de matrícula, comprara materiales y patrocinara actividades con premios STEAM, como kits de origami.
Una cadena de favores
Karim dijo que está emocionada de ver este resultado tan positivo, especialmente por su labor al servicio de los educadores en casa de habla hispana.
«Rosa está tratando de cubrir un área en la que hay un gran vacío, especialmente entre los hispanos», explicó Karim. «Se ha posicionado de una manera realmente estupenda para conectar a estas familias con la educación superior. Para mí, al encontrar a una madre hispana que tiene esta visión y que está extendiendo sus esfuerzos… pensé: ¡qué oportunidad tan única!, ¿qué podemos hacer para impulsarla?».
Asimismo, Rosa se siente animada porque la beca está ayudando a Bridges to Science a expandirse para apoyar a más estudiantes. A medida que disminuyan las restricciones por la pandemia, espera poder organizar eventos presenciales en una biblioteca y escuela local.
Y está especialmente contenta de que los antiguos alumnos de su programa de robótica y su hijo adolescente planeen ser asistentes en la clase de programación.
«Siempre les digo a mis estudiantes: todos deben retribuir lo recibido y ser embajadores del aprendizaje para otros», explicó Rosa. «Lo estamos consiguiendo y es emocionante».