Los planes de clase se ven muy bien en papel. Nos dan una visión clara de lo que cada niño está haciendo y de lo que van a lograr. Los problemas surgen cuando nuestros planes, tan bien elaborados, se enfrentan con niños reales.

Los planes de clase tan bonitos y ordenados de Darren siguen un código de color para cada niño.

Como padres educadores en casa, Darren y yo sabemos que tendremos que ajustar nuestras expectativas para adaptarnos a la realidad. Lo complicado es que no hay una sola forma de hacerlo. A veces nos reímos, a veces modificamos la tarea por completo, y a veces, simplemente nos limpiamos las lágrimas.

Por ejemplo, a uno de nuestros hijos le gusta cumplir con los objetivos de estudio desde un ángulo inesperado:

Plan de la clase:

Tarea: Destacar los principales acontecimientos de la Revolución Americana redactándolos como titulares de periódico.

Habilidad: Elegir la información más importante y resumirla.

Plan real de la clase:

Tarea: Escribir artículos de la Revolución Americana con títulos cazaclics.

Habilidad: Hacer reír a todos mientras que demuestro que domino el tema.

  • Noticias de última hora: ¡soldados británicos disparan a colonos inocentes! 
  • Ley Marcial en Boston... ¿cómo podría afectarle? 
  • ¡La sorprendente idea de grupo de colonos para rebelarse contra impuestos británicos! 
  • ¡¡Impactante!! ¡Un vistazo a las terribles condiciones de vida en Valley Forge! 
  • ¡Los británicos son derrotados en Yorktown! ¡No podrá creer cómo lo hicieron!

Sin duda, coordinaremos una lección futura para realmente aprender a escribir titulares de periódicos, pero consideramos que esto fue un éxito, aun así.

Otras veces, lo que creemos enseñar no es lo que el niño necesita aprender en realidad:

Plan de la clase:

Tarea: Componer un soneto para el estudio sobre Shakespeare.

Habilidades: Conocimiento de la forma del soneto y de los rudimentos de la poesía.

Plan real de la clase:

Tarea: Escribir con bolígrafo bajo el tema: «No, no, no: tengo un examen de historia AP esta semana, así que no puedo escribir poesía también».

Habilidad: La alumna es consciente de cuando se siente abrumada y acude a nosotros en busca de ayuda.

Nos enfrentamos con una gran variedad de problemas de gestión del tiempo. A veces se trata de un caso de procrastinación o de prioridades desordenadas (¿cuánto tiempo dice que pasó viendo Youtube?); sin embargo, otras veces, sucede que le hemos asignado una tarea demasiado grande a nuestra alumna inexperta. En cualquier caso, nuestros hijos necesitan ayuda para aprender a asumir sus responsabilidades.

Esa nota escrita en la agenda muestra un paso de madurez: esta hija en particular tiende a quedarse callada y ahogarse bajo una carga pesada en lugar de pedir ayuda para gestionarla. Pospusimos la tarea de poesía para que pudiera concentrarse en su examen de historia. La lección fue un éxito.

Ahora, no siempre eliminamos una tarea que parece demasiado difícil. Pero, en ocasiones, no resulta ser la sesión de trabajo independiente que habíamos imaginado:

Plan de la clase:

Tarea: Leer sobre Harriet Tubman y escribir un párrafo de cinco oraciones.

Habilidades: Investigación, redacción y composición.

Plan real de la clase (abroche su cinturón):

  1. Muestre la tarea a su hijo: leer sobre Harriet Tubman y escribir un párrafo de cinco oraciones.
  2. Permita que su hijo se lamente por el hecho de tener que hacer la tarea.
  3. Anime a su hijo a pensar de forma positiva:
    1. Recuérdele que puede escribir el párrafo en la computadora.
    2. Mencione que solo son cinco oraciones.
    3. Dígale que es plenamente capaz de redactar oraciones.
    4. Coméntele que cinco oraciones no la van a matar. 
  4. Haga una lluvia de ideas con su hijo:
    1. ¿Sobre quién trata el párrafo?
    2. ¿Cuándo vivió esta persona?
    3. ¿Dónde vivió?
    4. ¿Qué logró?
    5. ¿Por qué es importante? 
  5. Permita que su hijo se lamente por el hecho de tener que responder estas preguntas.
  6. De nuevo, repase la información con el niño. ¿Sobre quién trata el párrafo? ¿Por qué es importante esta persona? Bromee diciéndole que «no sé» es un nombre chistoso para una persona (aunque a su hijo no le hará ninguna gracia esta broma). 
  7. Mientras su hijo sufre la tortura de redactar la frase «Harriet Tubman nació en Maryland y vivió de 1820 a 1913», recuérdele que usted está disponible si necesita ayuda. No es necesario sentarse junto a él mientras trabaja. Podrá oír su agonía en cualquier lugar de la casa en donde se encuentre.
  8. Repita los pasos 4-7 durante un periodo de tiempo indefinido.
  9. Su hijo acabará escribiendo oraciones que luego formarán un párrafo sobre Harriet Tubman. Incluso puede que al final escriba una conclusión interesante sobre lo inspiradora que es la historia de Tubman.
  10. Coman chocolate.

Fue agobiante, pero al final de la odisea, nuestro hijo tenía una nueva confianza en sus capacidades. Todo un éxito. Uno muy merecido, de hecho.

Y, por último, ni las quejas ni las lágrimas son capaces de librar a los niños de algunas tareas escolares básicas:

Plan de la clase:

Tarea: Escriba las siguientes palabras utilizando los trazos que ha aprendido.

Destreza: Facilidad y legibilidad en la escritura.

Plan real de la clase:

Tarea: Derrame lágrimas en la hoja de papel porque mamá es «muy mandona» con la forma correcta de escribir las letras.

Habilidad: Aprender a escribir de todos modos.

Años de hojas de caligrafía teñidas de lágrimas parecen indicar que tengo un historial de ser mandona con la forma correcta de escribir las letras.

La educación en el hogar no es un proyecto en el que se pueda encontrar el método correcto sin dedicarle esfuerzo alguno. Implica muchos ajustes, comprensión y concesiones mutuas entre padres e hijos. Aunque sepamos a dónde vamos, a menudo hay que tomar algunas rutas alternas para llegar.

Así que, brindo por todos nosotros, padres mandones que soportamos las lágrimas, la angustia y los momentos ocasionales de genialidad. Salud: tenga un poco de chocolate.

–Sara