Dolores jamás imaginó que tendría que asumir la custodia de su nieto Rodrigo cuando apenas tenía un mes de nacido. Después de recibir orientación legal por parte de HSLDA, ella ahora educa a Rodrigo en casa para brindarle paz y una educación que satisface sus necesidades de aprendizaje.
Su historia está marcada por un dolor profundo, pero desde que comenzaron su recorrido por la educación en casa en 2023, ambos han encontrado esperanza. Dolores describe la experiencia como un milagro, «un regalo de Dios». (Los nombres han sido cambiados para proteger la privacidad de la familia.)
Un comienzo difícil
Rodrigo nació en 2013 en un entorno caótico e inestable en Los Ángeles. Sus padres, la hija de Dolores y su pareja, enfrentaban una batalla contra la adicción a las drogas y cuando nació Rodrigo, vivían en una casa abandonada.
«Mi hija me decía que el niño estaba llorando mucho», dijo Dolores. «Yo pensaba que se iba a morir». Desesperada y con el corazón destrozado, supo que no tenía otra opción más que reportar la situación al Departamento de Servicios para Niños y Familias en California (DCFS, por sus siglas en inglés).
Poco después, el tribunal del DCFS determinó que los padres de Rodrigo no estaban en condiciones de cuidarlo y le otorgó la custodia a Dolores. «Tenía un mes de nacido cuando me lo entregaron, lleno de moretones», recordó.
A pesar de que Rodrigo ahora vivía en un hogar más seguro con Dolores, la vida seguía siendo turbulenta. El comportamiento destructivo de su hija sumía a Dolores en una profunda tristeza y ansiedad. A la vez, Rodrigo sufría altos niveles de estrés debido a las visitas programadas con sus padres.
Dificultades en la escuela
Dolores inscribió a Rodrigo en un programa terapéutico de preescolar, pero su conducta generaba constantes quejas por parte de los maestros. Además, Dolores sufría de una hernia en la columna que le dificultaba caminar y llevarlo a la escuela.
«Él se sentía mal en la escuela, era difícil para él», explicó Dolores. «Y yo estaba agotada, con mala salud mental».
Buscó ayuda en una organización legal sin fines de lucro que defiende los derechos de los niños. Allí, un profesional diagnosticó a Rodrigo con TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad) y trastorno de estrés postraumático. Esto explicaba gran parte de su conducta escolar. Pero Dolores aún no sabía cómo manejar la situación y la escuela no mostraba interés en apoyarlos. Él estaba muy por debajo del nivel académico correspondiente a su edad.
Por otro lado, a Dolores le preocupaba la seguridad en la escuela y sentía que las políticas escolares contradecían los valores de su familia.
Un cambio: la educación en el hogar
En 2020, la pandemia del COVID-19 obligó a Rodrigo a tomar clases en línea. Aprender desde casa tuvo un impacto positivo en su bienestar emocional, pero los funcionarios escolares le presionaban para que se mantuviera al ritmo del plan de estudios. En medio de todo eso, ocurrió una tragedia: la hija de Dolores falleció por una sobredosis.
«El estrés me estaba enfermando físicamente, no sabía qué hacer», dijo Dolores.
Cuando reabrieron las escuelas, Dolores decidió no inscribir a Rodrigo de nuevo. «Me encantaba la idea de educarlo en casa, pero tenía miedo de que me metieran a la cárcel si lo hacía», dijo.
Al buscar alternativas en línea, encontró a HSLDA y llamó para pedir información. Se convirtió en miembro y, en solo tres días, retiró legalmente a Rodrigo de la escuela.
«Yo no lo podía creer», dijo. «Estaba tan desanimada y deprimida que para mí fue como un milagro. Yo vivía como en un sueño».
Sanación en casa
Dolores ahora ve un cambio radical en Rodrigo. «Ya no está tan ansioso ni tan inquieto y tiene más confianza en sí mismo», dijo. La propia salud de Dolores también ha mejorado y ella misma se siente más «liviana» y tranquila.
Sin la presión del sistema escolar tradicional, Rodrigo aprende a su propio ritmo y tiene más confianza que nunca. Está avanzando mucho y va bien encaminado para alcanzar el nivel de otros niños de su edad.
Dolores le enseña matemáticas, ciencias sociales, educación física, inglés y religión. Además, Rodrigo ha desarrollado un amor por la geografía y la historia. Incluso han comenzado a aprender hebreo juntos.
Para apoyar su aprendizaje, Dolores usa un sistema de colores para organizar las materias. En cuanto a la hiperactividad de Rodrigo, prioriza la educación física, sobre todo el fútbol, su deporte favorito.
De hecho, Dolores ha logrado usar su amor por el deporte para enseñarle algunas materias de manera divertida. «Cuando estuvo el mundial, yo aproveché en enseñarle las banderas y los países de los jugadores», dijo.
Dolores está agradecida por la oportunidad de educar a Rodrigo en el hogar, ya que les ha dado el tiempo y el espacio para sanar de un dolor profundo. «Todavía estamos restaurándonos de un dolor, de la presión, pero el lazo se ha hecho más fuerte entre nosotros».