Hace ocho años, Jessica Rivas decidió dejar su trabajo para educar a su primer hijo, Pablito, en casa. Recién había quedado embarazada de Abby, su segunda hija, y comprendió que no podría mandar a Pablito a una guardería porque era demasiado caro.
Ella y su esposo, Erick, consideraron que lo mejor era que Jessica dejara su trabajo de tiempo completo para educar a Pablito en casa, por lo que comenzó a hacerlo a inicios de prescolar. Sin embargo, Jessica temía que las dificultades económicas de su familia fuesen a evitar su sueño de seguir educando a Pablito en casa durante la primaria.
Un pequeño empujón
Cuando Pablito estaba en preescolar, Jessica le compraba crayolas, Play-Doh y manualidades. Pero a medida que él crecía, ella no sabía si iba a poder comprarle un currículo de primaria. Hasta la compra de libros estaba fuera de su alcance.
«Nos encontrábamos en una situación muy drástica, ya que estábamos aprendiendo a vivir solamente de un ingreso», dijo. «Y no podíamos comprar nada para él. Teníamos que pagar la renta y comprar comida».
Jessica pensaba que no iban a poder seguir educando en casa sin recursos educativos y se sentía muy desmotivada. Sentía que el mundo estaba en contra de su familia: ellos eran inmigrantes hispanos de primera generación, vivían de un solo ingreso y tenían poco conocimiento sobre la educación en el hogar.
Pero un día, Jessica descubrió a HSLDA en línea. Y después de leer sobre la misión de HSLDA, se hizo miembro. Luego, se enteró de la posibilidad de obtener ayuda financiera y solicitó una de las becas de HSLDA Compassion.
«Vamos a intentarlo», Jessica se dijo a sí misma en aquel momento. «Y efectivamente, me mandaron un correo electrónico que decía que me otorgaban la beca. ¡Fue muy emocionante!»
Jessica compró currículo de primaria y libros para Pablito con el dinero de la beca; y todavía los conserva porque le recuerdan al momento en el que Pablito aprendió a leer por primera vez.
«Trabajé en una empresa durante unos 10 años, pero nunca sentí que había logrado algo tan grande como enseñarle a mi hijo a leer», dijo Jessica.
Recordó como Pablito leyó el primer capítulo de My Father’s World delante de su abuelita, su tía y su tío, y lo contentos que estaban todos. «Mi hermana incluso lloró porque estaba muy orgullosa de su sobrino», agregó.
El éxito de Pablito motivó a Jessica y Erick a educar en casa a sus otras dos hijas, Abby y Emita.
«Hace unos meses, estábamos limpiando y dije: ‘No podemos tirar este libro a la basura’ porque fue el primer libro que Pablito leyó», añadió.
Para Jessica, la beca fue el «pequeño empujoncito» que necesitaba para continuar educando a Pablito en el hogar. Se siente muy bendecida de haber recibido la beca.
Solicitó otra beca en 2020 para comprar un currículo para educar a Abby en casa y también cumplió con los requisitos.
«Si no hubiese sido por esas becas, yo me hubiera dado por vencida», dijo Jessica. «Y ahora, después de siete u ocho años, seguimos adelante con fuerza. ¡Estamos a punto de iniciar la escuela media!»
Agregó que no hubiese sido posible educar en el hogar sin la ayuda de su esposo: «Sin su apoyo, su amor y su increíble espíritu aventurero, nuestra vida de la educación en casa no sería la misma. En última instancia, su sacrificio y la ayuda de HSLDA fueron lo que realmente ayudaron a hacer de nuestra escuela en casa lo que hoy es en día».
Educación en casa, sostenibilidad y arte
Al hablar de las aventuras de la educación en casa con sus tres hijos, Jessica compartió con entusiasmo una experiencia fuera de lo común: su excursión al basurero de la ciudad.
Su familia forma parte de un grupo de apoyo que organiza excursiones en Palmdale, California, su ciudad natal. En una ocasión, el líder del grupo coordinó una excursión al basurero de la ciudad para recorrer la zona. Desafortunadamente, la familia de Jessica no pudo asistir a dicha excursión.
Pero Jessica no dejaba de pensar en lo interesante que sería llevar a sus hijos al basurero algún día. Dijo que sus hijos están acostumbrados a sacar la basura, reciclar y cortar el césped. Son muy conscientes de dónde ponen cada cosa.
Así que, cuando el esposo de Jessica les dijo que iba al basurero de la ciudad a tirar basura, Jessica rápidamente le dijo que irían con él. Ella quería que los niños supieran adónde va la basura, ya que eran muy curiosos y le habían hecho preguntas sobre eso en el pasado.
«Estaban fascinados», dijo. «Ahora saben adónde los camiones llevan la basura». (Para ver un video de su aventura, haga click aquí).
Pablito también participó en un concurso de arte recientemente. La familia de Jessica recibe una revista de la ciudad cada tres meses en la que se anuncian obras de teatro, carnavales, grupos musicales y partidos de béisbol. Una vez vieron que la revista anunciaba un concurso de arte, así que Jessica le preguntó a Pablito si quería participar.
A Pablito le pareció una gran idea, por lo que presentó una obra de arte y fue seleccionada para una exposición en la galería del teatro de la ciudad de Palmdale.
«El alcalde interino hablaba español y le pidió una foto a Pablito», cuenta Jessica.
A pesar de haberse enfrentado con obstáculos en el camino, Jessica está verdaderamente feliz de haber podido educar en el hogar durante estos ocho años. Cada día se esfuerza por ofrecer a sus hijos un espacio seguro para que puedan seguir aprendiendo y disfrutando de su infancia.
«Es una vida que nunca me imaginé», dijo. «Doy gracias a Dios porque HSLDA pudo ayudarnos».